DESPEDIDA
Te fuiste tan deprisa
que no me dio tiempo de decirte
adiós.
Ni tiempo de besarte,
ni tiempo de encargarte un
pequeño recuerdo
para reconocerte,
para poder hallarte entre los
que se fueron y perdieron su rostro,
para recuperarte,
para desanudarte la pesada
mordaza que supone el olvido,
y volver a tenerte,
y volver a estrecharte,
volver a hablar contigo con los
ojos del alma
sin precisar palabras.
Te fuiste tan deprisa,
que parece mentira que ya no
estés aquí,
que no estés escondida en un
simple destello,
disfrazada de encina,
u oculta entre la niebla de un
nuevo amanecer.
Desmigada en las cosas,
disuelta en los sonidos,
brillando en la pupila de algún
niño
o en el pujante brote de los
bulbos en flor.
Te fuiste tan deprisa,
tan rauda fue tu huida,
que empiezo a sospechar
que fingiste tu marcha para
poder quedarte,
para entronizarte,
para perpetuar viva en nuestro
interior.
Luz Olier
“PULSIONES
Y EXTRAVÍOS”
ed
Poemario.
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