DE NUEVO PENAGOS
Parece
que jamás fue la alegría
la
que estuvo posada en mi ventana.
Parece
que jamás fue la mañana
la
que anidó mi pecho con su día.
Parece
que yo siempre estuve triste,
que
todo fue por siempre desventura,
tela
rota y cosida de amargura
de
un traje que me envuelve y no me viste.
Parece
que fue un sueño todo aquello
que
aquella luz de ayer era un destello
de
una luz irreal que no fue mía.
Pero
sé que también hubo un pasado
eterno,
cuando estabas a mi lado
poniendo
en mi ventana tu alegría.
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