DECLARACIÓN DE EQUIPAJE
Este es el corazón y esta es la pena.
Por esta sangre, navegó mi vida.
Aquí mi vieja historia repetida
y borrada después sobre la arena.
Traigo esta libertad y esta condena.
Mi esperanza: esa flor reverdecida.
Caí, me levanté y en la partida
jugué de cara al viento cuando suena.
¿Qué otra declaración a la aduana?
Esa carga de versos, que ahora veo
que aliviaron mi voz cada mañana.
Y entretanto a esperar, confiadamente
porque creo en La Luz,
y nunca creo
que Dios se apague un día de repente.
Rafael de Penagos
(Agnóstico…pero no tanto)
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